Recientemente, viajé a Madrid por un Congreso de Espina Bífida. Del Congreso,
nada malo que decir, todo lo contrario. El equipo que se encargó de organizarlo
fue como siempre eficiente y humano, lo tuvo todo visto al milimetro. ¡Gran
equipo el de FEBHI(Federación Española de Asociaciones de Espina Bífida e
Hidrocefalia)!!!
El
problema que voy a contar a continuacion, surgió a la vuelta del Congreso. Al
llegar a Atocha nos dirigimos, con mucho
tiempo de antelacion, al servicio de ATENDO de dicha estación. Nos atendieron
enseguida, y enseguida salió a relucir algún que otro problema…La estación es
kilométrica todos los que habéis estado en ella lo podéis corroborar,pues bien
hubieron problemas con la asignación de sillas de ruedas… Había silla para mí
que más o menos puedo defenderme en distancias normales…Y no habían sillas de
ruedas disponibles para personas que
quizás la necesitara más que yo. Puedo ser comprensible y pensar; “Bueno… los
recursos son los que son y hay que apañarse con lo que hay”.El problema llega
cuando tú tienes tu servicio atendo asignado y tu silla asignada, le cedes la
silla a otra persona, que a mi parecer puede necesitarla más que yo, entonces
te dejan con tu maleta(que lo normal es que te la cojan y te la lleven hasta el
tren) y te toca ir corriendo detrás de los del servicio de atendo porque te
dicen muy simpáticamente( véase el sarcasmo): “que el tren sale en breve y el
trayecto es largo, asi que hay que ir rápido.”